VARCO 2024
Artistas participantes
Tino Canicoba
Bio
Comenzó a exponer hace más de tres décadas. Sus esculturas de madera expresionistas han evolucionado al primitivismo.
Muestra la realidad sin aderezos a través de una serie de personajes curtidos por la experiencia y los golpes de la vida, individuos en muchos casos sin esperanza cuyos rostros descarnados golpean la conciencia del espectador. «Podría pensarse que la crisis inspira su obra, aunque en realidad es una posición psíquica personal. “Mi obra ha llegado a un punto en el que el optimismo casi no existe», explica el artista compostelano. «Creo que el arte tiene que hacerte reflexionar, si no, no sirve para nada. La vida es muy cruda para muchos y esto es lo que intento transmitir», afirma. “Mis esculturas son bonitas, pero no son guapas”, representa gente marginal, atormentada. Con rasgos muy marcados, consigue la máxima expresividad a través de acabados toscos, sin pulir, buscando el sentimiento en la actitud y en las posturas. El artista desvela la utilidad del color, utilizando diferentes tipos de pintura, además de los tintes que se adentran en la madera. Una de las características de las criaturas de Canicoba es su mirada. Desde su condición, observan al espectador devolviendo la mirada, estableciendo un contacto que le aporta cierta humanidad, en contraste con su naturaleza inerte. Sin embargo, las figuras ya no tienen ojos, y en su lugar hay cortes de motosierra. La expresividad se centra en el conjunto de la cara.
Exhiben una fealdad hermosa fruto de la idealización del canon de su creador: “No hay nadie que sirva de modelo, no hay quien se parezca a mis esculturas”. Como justificación a este mayor fatalismo que desprende la obra de Canicoba, él mismo señala una posible razón: “Me hago viejo y es una cuestión de desarrollo personal”, aunque tampoco descarta la atmósfera de pesimismo que envuelve la sociedad.