VARCO 2024

Artistas participantes

A. CASTRO
A. SOBRAL
ABRAHAM ALONSO
AINOA SIMONS
ALBERTO PENA
ALBERTO SANTOS
ALFONSO COSTA
CAMILO SEIRA
CARMEN HERMO
CHELO RODRÍGUEZ
CRISTINA FERNÁNDEZ NUÑEZ
DIANA CORDERO
EVA TARRÍO
IRIA BLANCO
ISABEL PINTADO
IVÁN PRIETO
J. BARREIRO
JOSE MOLARES
LILI ALGO
MARCOS PUHINGER
NOA BLANCO
PAULA MARIÑO
PEDRO ÁVILA
RICARDO CAMPOS (PAÍS INVITADO, PORTUGAL)
ROSA GARCÍA
RUTH LODEIRO
SOLEDAD PITE SANJURJO
TATIANA LAMEIRO
TINO CANICOBA
XULIO GIL
YOLANDA CARBAJALES

Tino Canicoba

Bio

Comenzó a exponer hace más de tres décadas. Sus esculturas de madera expresionistas han evolucionado al primitivismo.

Muestra la realidad sin aderezos a través de una serie de personajes curtidos por la experiencia y los golpes de la vida, individuos en muchos casos sin esperanza cuyos rostros descarnados golpean la conciencia del espectador. «Podría pensarse que la crisis inspira su obra, aunque en realidad es una posición psíquica personal. “Mi obra ha llegado a un punto en el que el optimismo casi no existe», explica el artista compostelano. «Creo que el arte tiene que hacerte reflexionar, si no, no sirve para nada. La vida es muy cruda para muchos y esto es lo que intento transmitir», afirma. “Mis esculturas son bonitas, pero no son guapas”, representa gente marginal, atormentada. Con rasgos muy marcados, consigue la máxima expresividad a través de acabados toscos, sin pulir, buscando el sentimiento en la actitud y en las posturas. El artista desvela la utilidad del color, utilizando diferentes tipos de pintura, además de los tintes que se adentran en la madera. Una de las características de las criaturas de Canicoba es su mirada. Desde su condición, observan al espectador devolviendo la mirada, estableciendo un contacto que le aporta cierta humanidad, en contraste con su naturaleza inerte. Sin embargo, las figuras ya no tienen ojos, y en su lugar hay cortes de motosierra. La expresividad se centra en el conjunto de la cara.

Exhiben una fealdad hermosa fruto de la idealización del canon de su creador: “No hay nadie que sirva de modelo, no hay quien se parezca a mis esculturas”. Como justificación a este mayor fatalismo que desprende la obra de Canicoba, él mismo señala una posible razón: “Me hago viejo y es una cuestión de desarrollo personal”, aunque tampoco descarta la atmósfera de pesimismo que envuelve la sociedad.

tinocanicoba@gmail.com